En el jardín

También estuve yo tendiendo con mi madre en el jardín de atrás. Ella tendía, lavaba y volvía a tender. Cuando mejor quedaban las sábanas era cuando las tendía encima del antiguo romero. Tantos esquejes de romero y tantas cuerdas pasaron por el tendal, que hoy queda deshilachada la cuerda del tendal que fue tensa y un replante de romero que también fue joven, como ella. En el tendal del jardín de atrás se sigue generando vida aunque se marchiten y se vayan los que la iniciaron.