La vaca blanca

Todo estaba absolutamente blanco... quizás porque la pureza imperaba en el ambiente, quizás porque la nieve lo había cubierto todo, quizás porque aquella ropa interior colgada de aquel solitario tendal había sido poseída por la lejía, quizás porque a la luz solar no le había dado tiempo a descomponerse en los variados colores del espectro... El caso es que el paisaje estaba vacuo, la mirada se volvía intensa, todo brillaba en mate, los sentimientos brotaban limpios, la calma respiraba calma... Lo cierto es que el blanco sobre blanco ofrecía un aspecto fantasmagórico, incluso cuando irrumpió aquella vaca blanca...