Aquella camisa...

Aquella camisa que había sufrido tantas dosis de sudor, que había tapado tantas vergüenzas, que había sentido los latidos de aquel corazón, que había compartido tantas luchas, que había pasado noches de amor, que había aguantado tensas esperas, que había recibido algún lamparón, que había, en fin, vivido... aquella camisa que pasó del estrecho cesto de ropas sucias al loco rotar del tambor de la lavadora... aquella camisa ondea ahora al aire, al sol, descargándose de su humedad, suavizando sus arrugas, sintiendo la libertad, esperando otra oportunidad...